viernes, 27 de noviembre de 2009

"El APEGO A LAS COSAS"

Aprende a desprenderte. Ésa es la
clave de la felicidad.
Jack Kornfield

No es posible recoger
todas las conchas
bellas de la playa.
Sólo puedes llevarte unas cuantas.
Y serán más hermosas si son pocas.
Ann M. Lindbergh


Mi vida...
Comencé a comprenderlo,
carecía de esa calidad de expresión
y por eso de belleza.
Porque quedaba muy poco espacio vacío.
El espacio estaba ocupado;
el tiempo había concluído.
Ann M. Lindbergh.

Me encantaría compartir con ustedes el siguiente artículo,

escrito por Azael Pittí, Presidente de Azael Pittí Training
Consultoría,Capacitación y Coaching. Reproducido aquí,
en este blog, con su autorización. Lectura gratificante
que cae como "anillo al dedo" para estos días que se aveci-
nan de fin de año en donde emprendemos retos inéditos,
nos llenamos de energías vírgenes, como cuando entran
por nuestra ventana hermosos amaneceres que nos
embrujan, que nos envuelven y nos inducen a soñar sin
límites como en un trance sin regreso.




"El Apego a las Cosas"

No hay duda de que la mayoría de los seres humanos viajamos
por la vida nada ligeros de equipaje, sino todo lo contrario, nos
la pasamos comprando, acumulamdo y coleccionando objetos.
Muchos de ellos resultan superfluos, pero no lo comprendemos
hasta el momento en que estamos privados de ellos y nos damos
cuenta de que los usábamos porque los teníamos, no porque
nos hicieran falta.
Los objetos tienen energía propia y, cuando no se utilizan,
acaban por tansformarse en agua estancada dentro de la
casa. Por eso es preciso dejar que la energía fluya positiva-
mente. No debemos aferrarnos a las cosas porque ellas no
permanecen y a todas habrá que renunciar tarde o temprano.

¡Cómo lograrlo?
. En voz alta, interróguese, sobre cada objeto que encuentre:
¡Realmente necesito esto? ¡Es útil? ¡Vale la pena conservarlo?
. Despréndase de la ropa vieja que no se pone.
. Despréndase de los adornos que no luce, o de los libros que
no haya tocado hace más de cinco años.
. Comprométase por escrito, calendario en mano,a revisar
una habitación por día o por semana.
. Meta en una caja cuanto no es útil ni tenga valor sentimen-
tal.
. Seleccione lo que entregará a instituciones benéficas o
iglesias, lo que venderá o regalará, y lo que irá a la basura.

Es recomendable que aprovechemos también para limpiar
nuestros armarios mentales, pues pueden estar, como los
físicos, atestados y desordenados. Algunas veces guarda-
mos en nuestra mente peleas, resentimientos, tristezas y
miedos y esto amarra nuestra vida. Nuestro espíritu
se atasca como un desván lleno de trastos viejos, y asi
no puede moverse ni progresar.

Muchas personas se aferran al pasado, a las tradiciones
y recuerdos familiares, como si pensaran "Me llevaré
al más allá cuantas riquezas acumule, olvidando el
presente y dejando de contemplar el porvenir, los
valores humanos y la belleza de la vida"

Nuestra vida transcurre HOY, no ayer ni mañana. El
tiempo es un presente sagrado, y la calidad del
momento es lo que cuenta.

No pretendo decir que nunca debemos querer o guardar
cosas materiales, simplemente que no nos apeguemos a
ellas. En sí no son los objetos guardados los que estancan
nuestra vida, sino cuanto significa la actitud de guardar.

Desnudos llegamos y desnudos nos iremos, de nada
sirve acumular objetos. Vale más disfrutar el momento,
ser consciente de que todo acabará algún día, sin obse-
sionarnos y aprovechar cada segundo de nuestra vida
como un milagro irrepetible sin tanta carga.


Entérese

Mirando siempre hacia atrás, no solamente
se está inconsciente de lo bueno que se tiene
al frente, sino que se trae todo lo malo del
pasado al presente, como quién insiste en
quedarse en un cuarto oscuro y pestilente,
teniendo a lado una habitación aireada
y soleada.
Conny Méndez.








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